miércoles, 21 de diciembre de 2016

El Ataque de los Muertos sin Ojos - 1973


Los temidos caballeros templarios se levantan de sus tumbas a lomos de sus caballos no muertos en busca de venganza...y todo ocurre una noche donde un pueblo imaginario llamado  Bouzano conmemora el aniversario de la ejecución de los templarios en manos de sus antepasados. Sus habitantes bailan, beben y contemplan una increíble exhibición de fuegos artificiales mientras poco a poco y en cámara lenta la muerte se acerca a Bouzano gracias, en parte, al idiota del pueblo llamado Murdo (José Canalejas) que en su locura sacrifica a una joven en el cementerio donde están los huesos de los templarios malditos. La sangre de la joven revive esos huesos...


Cualquiera que haya visto la primera película sabrá exactamente qué esperar, ya que esta secuela sigue la misma historia básica, que se centra en los templarios ciegos (y muertos) en busca de sangre que llevarse a la boca, sangre y corazones.
La película empieza por explicarnos porque los Templarios fueron asesinados por los antiguos habitantes de Bouzano lo que da un buen telón de fondo a una película donde ya sabemos quiénes serán los principales héroes y villanos. A partir de ahí, la película comienza correctamente y los primeros minutos nos da un retrato global de la población. El alcalde (Fernando Sancho), su lugarteniente (Frank Braña), la amante del alcalde (Esperanza Roy) y el héroe guapo (Tony Kendall) que monta un castillo de fuegos artificiales y de paso a la amante del alcalde. Personajes que pasarán a protagonizar la película.


A diferencia de lo que hizo con la primera película, Ossorio parece interesado en centrarse en la paranoia de las personas que están atrapadas en el pueblo por una espeluznante fuerza de templarios no muertos. pasando la mayor parte de la película en un antiguo edifico donde un grupo de personas se ha refugiado.
Gran parte de la acción tiene lugar a la luz del día, que sobresale excelentemente con la espeluznante y decrépita imagen de los templarios a cámara lenta. Además, aquí los ¿zombis? no son víctimas de un virus o radiación del espacio si no el resultado de una maldición. Los Templarios de Ossorio tampoco comen carne, y parecen preferir arrancar las cabezas y los miembros para satisfacer su hambre.
Desde mi punto de vista lo mejor, o gran parte de la fama de esta saga es la imagen de los caballeros templarios ciegos. Es un icono del cine de terror serie B sin duda alguna.
La imagen de los destartalados ex-caballeros y sus caballos es un horror de primera clase, y el director se dio cuenta claramente dándoles mayor fuerza visual en esta película.


Los diálogos y construcción de los personajes son muy simples, y ha menudo hasta bastante ridículos. Este tipo de cosas es una de las marcas registradas del horror serie B. Y orgulloso de ello.
El Ataque de los Muertos sin Ojos es, como he puesto mas arriba, la primera de las tres continuaciones de La noche del Terror Ciego, donde el el paso de los años no ha tratado con benevolencia pero se deja ver.l Eso si, pese a su condición casposa de cine B tiene ciertos detalles que la hacen destacar entre el cine de su genero. Hay que entender este tipo de cine por la época y que el cine de terror español hacia lo que podía con las pocas herramientas que contaba. Lo que hizo Ossorio con la saga de los templarios sin ojos era algo que aquí nadie hacia y él lo intentó con fortuna (hay que reconocerle su mérito). Pero no nos engañemos, esto sigue siendo cine casposo de clase B eso si, buen cine de clase B.


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